ADRIANA CORREDOR ORTIZ
En ocasiones no entendemos la negativa de muchas personas a que se luche por los derechos de los animales, con la justificación de la situación terrible de los seres humanos. Este tipo de apreciacion nos lleva a pensar y a actuar mucho más a favor de la vida entera, sin absolutismos. No se puede priorizar la especie humana sobre las demás.
Sería como admitir que una raza, un género, una clase social, tiene más valor que otra, lo cual es evidentemente falso. Mientras dediquemos tiempo a trabajar por la dignidad de los seres vivos, de los animales humanos y no humanos, entenderemos y apreciaremos en toda su extensión la complejidad del mundo y la importancia del equilibrio.
Es derrumbar las bases del especismo y sembrar una raiz nueva, la del compromiso y la unidad con la vida del mundo entero. Si cuidamos el mundo, el planeta, es dificil descuidar a alguien, sobre todo a aquellos que han sido sometidos y vulnerados por el poderio y la rapacidad egoista de aquellos que creen ser dueños de todo, incluso de la vida de los demás.
Si derrumbamos la falsa idea de la inferioridad de otras especies, entenderemos con mas facilidad la mezquindad de enfermedades sociales tan horribles y crueles como el sexismo, racismo, xenofobia y otros males que podemos erradicar trabajando y dedicando tiempo a la conservación, respeto y convivencia con otros habiantes de un universo que no es solo nuestro.
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